Aprovechando que estábamos en Turín, se nos ocurrió llevar nuestra aventura mochilera hasta la ciudad costera de Génova. Mientras esperabamos a nuestro amigo germano David, hicimos cábalas sobre el coche que aparcaría bajo nuestro balconcito turinés: ¿uno destartalado o un pedazo de coche alemán? Pues la respuesta es que tenía un flamante coche alemán, que hizo que aquel caluroso día de julio fuésemos como reinas hasta nuestro destino: Génova. _. Excursión a Genova desde TurinEl GPS de David se encargo de guiarnos hasta un parking bastante céntrico de la cuidad liguriense. ¡Bendita tecnología que nos ha evitado perdernos en mapas del tamaño de medio coche! Lo cierto es que no sabiamos por dónde empezar nuestra excursión por lo que comenzamos a andar hacia el centro histórico. Callejear por esta parte de la ciudad es una experiencía para los sentidos, disfrutando de cada rincón, viendo como infinidad de estrechas callejuelas se cruzan a todas las alturas conformando una laberinto ligeramente angosto pero lleno de encanto. Además siempre se agradecen las callejuelas sombrías un tórrido día de verano. Lo cierto es que Génova rompe el estereotipo de las ciudades del norte de Italia, tan señoriales, limpias y con gente que presume por sus lujosos atuendos de las firmas más exclusivas. He de decir que esta ciudad me recordó más a una ciudad del sur de Italia cómo Nápoles. De paseo por GenovaTuvimos suerte de que nos acompañase David, descubrimos que tenía un fantástico sentido de la orientación y gracias a ello llegamos hasta el lugar donde se encuentra la Cattedrale di San Lorenzo, una bonita catedral construida en mármol blanco y negro custodiada por unos leones esculpidos en piedra. Seguimos paseando y maravillandonos con el arte italiano del Palazzo Ducale y la Piazza de Ferrari hasta que la necesidad empezó a apretar y decidimos buscar un lugar en el que disfrutar de la gastronomía local. La localización de Genova invita a deleitarse con una dieta basada en pescado y marisco, sin olvidar el famoso Pesto (salsa a base de albahaca, aceite de oliva y ajo), tan típico de aquí, y todo por un módico precio teniendo en cuenta el homenaje que nos dimos. Strade Nuove y los palacios de GenovaTrás disfrutar de la sobremesa en la terraza que tuvimos el lujo de comer, pusimos rumbo a Via Garibaldi, o Strade Nuove, zona donde habitaba la gente importante de Génova. Este barrio está lleno de grandiosos Palazzi que sin duda merece la pena ver, tal es así que ésta zona ha sido considerada Patrimonio Mundial de la UNESCO. Nosotros nos adentramos dentro del Palazzo Nicolosio Lomellino, juzguen ustedes mismos su hermosura. A continuación nos dirigimos hacia el Porto Antico o al puesto antiguo donde se puede visitar el Acuario de Génova el segundo más grande de Europa después del de Valencia y con unas fotos de rigor junto al "barco pirata" de estilo Disney atracado en el puerto, un magnifico Cappuccino, un Gelatto en la heladería del puerto en la que podemos degustar hasta un helado de pitufo! nos dimos por satisfechos. Porto antico de GenovaCimitero Monumentale di Staglieno en GenovaAsí pues, pusimos rumbo al Cimitero Monumentale di Staglieno que se encuentra sbre una colina a las afueras de la cuidad. Esta vez, la cosa no salió bien y como suele pasar a menudo con los cementerios, llegamos tarde. Estaba cerrado a cal y canto. Una verdadera lástima ya que se trata de uno de los cementerios monumentales más grandes y cuidados del Europa lleno de exquisitas esculturas y panteones que fundiendose con la flora lo convierten en un museo a cielo abierto. Entre los atractivos de este cementerio se encuentran las numerosas historias y leyendas. Un día un hombre mayor de mi pueblo que en su día fue marino, me contó que hace mucho tiempo vivía en Génova una mujer que mendigaba por las calles y se pasaba el día pidiendo limosna. El día que murió la gente sintió lástima por ella, pero se sorprendieron al saber que esa pobre mujer había estado ahorrando toda la vida para tener el panteón más hermoso del Cementerio de Génova y que era prácticamente rica. Y después de esta breve pero eso sí, intensa visita pusimos rumbo a nuestro centro de operaciones turísticas, Torino. Gracias otra vez a David que nos llevo a casa y supo entender las indicaciones dudosas del GPS. Porque es una gran invento pero cuando vayais a una cuidad con carreteras a tres alturas como Genova, no os fieis al 100%. Post publicado previamente en www.travelblog.org, el 14 de Febrero del 2010.
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