Día 1, MilanPor fin el avión aterrizó en Malpensa. Fuera del aeropuerto, había un montón de autobuses dispuestos a llevarnos al centro de Milán, Stazione Centrale, donde se encontraba nuestro pequeño hotel. El precio del autobús fue de 7€ y tardó unos 45-50 minutos en llegar. Una vez allí, nos dirigimos al Hotel Demò (75€/noche, habitación triple). La ubicación del hotel, no podía ser mejor, justo al lado de la Stazione Centrale. Después del check-in de rigor, fuimos a la Stazione Centrale, con idea de adquirir unos billetes de tren para ir a Venecia el día siguiente. Una vez allí comprobamos lo fácil que era gracias a las máquinas expendedoras de venta de billetes que inundaban la planta baja. Con los billetes en mano, nos fuimos en Metro (1€) al centro (línea 3, parada Duomo). La aparición en la Piazza del Duomo fue espectacular y además coincidió con la puesta de sol, ¡sin palabras! Galerías Vittorio Emanuelle II en MilanComo ya era tarde para visitar el Duomo, nos dirigimos a las galerías Vittorio Emanuelle II. De todos es sabido que Milán es la capital de la moda italiana y en estas galerías te quedarás más que satisfecho con solo contemplar los escaparates, a no ser que tengas una cartera repleta de billetes de 500€. Una curiosidad de estas galerías es la tradición de pisarle los testículos al mosaico del toro que se encuentra justo bajo la cúpula central en las galerías, trae buena suerte. Teatro alla Scala en MilanCruzando las galerías se llega a uno de los teatros de ópera más importantes a nivel internacional que se encuentra bajo la atenta mirada de la estatua de Leonardo da Vinci: el Teatro alla Scala. De compras en Milan: Quadrilatero d’OroDe vuelta a la Piazza del Duomo, curioseamos un poco por Corso Vittorio Emanuelle. Paseando descubrimos que no hace falta ser rico para comprarse algo de ropa en Milán ya que a parte de las carísimas tiendas (donde compra Victoria Beckham) la mayoría de ellas ubicadas en el Quadrilatero d’Oro (Via Sant’Andrea, Via Monte Napoleone, Via Alessandro Manzoni y Via della Spiga), también hay tiendas del estilo de ZARA, H&M. Las tres nos quedamos atónitas con el ZARA, ¡vaya tienda! Hasta tenía unas escaleras a lo Bella y Bestia que estaban custodiadas por unos hombres elegantes con traje negro y corbata: esto solo se ve en Milán. Más tarde, descubrimos la tienda de Ferrari (Piazza Liberty, 8), en la que como forofas de la F1, no dudamos en sacarnos una foto junto al F1 de Raikkonen, que había ganado el Mundial en el año 2007. Al llegar a la Piazza San Babila, el hambre apretaba y nos quedamos a cenar. Después de cenar, fuimos al metro, pero lo habían cerrado a las 20:00, porque era 1 de Mayo…¡y nosotras sin saberlo! Así que mapa en mano, no nos quedo otra opción que ir al hotel dando un paseito. Callejeamos por Corso Venezia y Corso Buenos Aires y a la altura de la parada de metro Lima (línea 1), tiramos rumbo a la Stazione Centrale. A pesar de que era tarde, en ningún momento pasamos miedo ya que con unas nociones de sentido común, caminando por calles bien iluminadas y donde se mueve la gente, en principio, no pasa nada. Día 2, VeneciaEl día comenzó a toda prisa, desayuno…coger los bolsos…y para la Stazione Centrale, ya que nuestro tren salía rumbo a Venecia, (Santa Lucia) a las 8:05 de la mañana. ¡No olvidéis validar los billetes de tren en las canceladoras! El plan consistió en pasar el día allí, pero nos supo a poco, a pesar de que logramos hacernos una idea general de la ciudad. Yo creo que lo ideal sería hacer allí por lo menos una noche, e incluso dos, si queréis visitar Murano, Burano, y Lido. Cuando llegamos a Milán, ya era tarde y como teníamos hambre, decidimos cenar en un restaurante cercano al Hotel. Alrededor de la Stazione, hay bastantes restaurantes económicos para elegir. No me acuerdo del nombre del restaurante en el que cenamos, pero sí del menú: unas verduras braseadas, Pasta al Pesto, Lasagna y bebidas: 28€. Día 3, Milán y TurínLa jornada número tres, amanecía con un sol espectacular. Nos esperaba un largo día por delante; monumentos, compras y una visita exprés a una amiga que se encontraba en Turín. Duomo de MilanPrimero, vistamos el Duomo. Aunque era demasiado pronto, disfrutamos mucho curioseando por sus cinco naves interiores ya que estaba libre de turistas y eso nos permitió visitarlo más tranquilamente. Como dato, mencionar que es la tercera iglesia más grande del mundo después de la Basílica de San Pedro (Vaticano) y San Pablo (Londres) y puede albergar hasta 40000 personas. La entrada es libre. A continuación, decidimos subir a los tejados, pero nos decantamos por el ascensor, ya que el cansancio acumulado empezaba a notarse (Precio ascensor: 7€, precio escaleras). Todas las esculturas, gárgolas y ornamentos están esculpidos y diseñados con unos detalles muy minuciosos, que plantean una de esas preguntas típicas que surgen al ver semejante obra de arte: ¿cómo se las apañarían en aquella época para traer todo el mármol suficiente para construir el Duomo? ¿cómo lo hicieron para llegar a semejantes alturas? Il Cenacolo de Da VinciUna vez a pie de calle, nos dirigimos hacia la iglesia Santa Marie delle Grazie donde se encuentra Il Cenacolo o la archiconocida obra del gran Leonardo Da Vinci: La última cena. Para despejar dudas, esta obra de arte, no es un cuadro, es un fresco. Si desean ver el fresco, lo mejor es reservar hora y día para verlo ya que si van sin cita previa, lo mas seguro es que se queden sin verlo como nosotras, ya que la gente reserva con muchos meses de antelación. El precio es de 6’50€ entrada+1’50€ por persona por efectuar la reserva online. Para estudiantes, 3’25€+1’50€. Si desean ir en metro, las paradas más cercanas son Cardona y Conciliazione. Museo Nazionale Della Scienza e Della TecnicaA continuación, como fans de la ciencia que somos, nos dirigimos hacia el Museo Nazionale Della Scienza e Della Tecnica donde se pueden visitar y en algunos casos incluso probar, los mejores inventos desde la época de Leonardo Da Vinci hasta hoy. Allí se encuentran también las famosas alas que diseñó Da Vinci, con las que no consiguió volar. Parada de metro Sant’Ambrogio, línea 2, y el precio, 8€, normal, 6€ reducido. Antes de dirigirnos a la Stazione Centrale, para coger el tren rumbo a Turín (precio del billete 14€ ida+vuelta), fuimos a la zona del Duomo en busca de recuerdos de Milán. Callejeando por la zona de las tiendas, nos dimos cuenta de lo conocido que era por aquella zona el modelo Jon Kortajarena, que estaba en casi todos los escaparates de las mejores tiendas de Milán. Picnic en el Parco ValentinoCorriendo cómo no, fuimos a la Stazione, porque una vez más el horario de salida del tren, se nos echaba encima. Después de sprintar por los andenes de la estación, entramos en el tren y al de dos horas llegamos a Porta Susa en Torino. Desde allí cogimos un tranvía dirección Parco Valentino donde íbamos a celebrar un picnic. De todos los parques en los que he estado, éste, es el que más me ha gustado. Está totalmente cuidado y es sumamente tranquilo. Después del pequeño festín a base de picoteo, fuimos al Borgo Medievale con intenciones de visitar al gato más famoso de la ciudad, Mitxu al que no pudimos ver. Cerca, también tuvimos la oportunidad de comprobar en primera persona que no solo en Roma hay preciosas fontanas sino que Turín también cuenta con una preciosa fontana donde se representan todos los meses del año: La Fontana dei Messi. Mole Antonelliana de TurinDespués de hacer un poco el chorra decidimos ir para el centro, dando un bonito paseo por las orillas del río Po, en el que no hacíamos más que comentar, lo bonito y verde que era Turín, ya que comparado con Milán, la verdad, no tienen nada que ver. Al fin, llegamos a la Piazza Castello, donde degustamos un buen Gelatto turinés (2€, tarrina de dos sabores) junto con una buena conversación, a la vera del Palazzo Madama. Por último, no dejamos pasar la oportunidad de visitar la Mole Antonelliana, y nos dirigimos a sus alrededores para comprobar su grandeza. El horario del tren de partida, se acercaba, pero nos lo estábamos pasando tan bien, que decidimos quedarnos a cenar y después correr hacia Stazione Porta Nuova. Para ello, decidimos cenar en un restaurante próximo a la estación, el Tarabala, donde degustamos Grissini Torinesi (unos ricos palitos de pan) junto con un festín de buenísima comida italiana (42€). Día 4, De vuelta a casaEl último día no hubo tiempo más que para coger las maletas e ir al aeropuerto para volver a casa. En el aeropuerto hicimos unas últimas compras, de recuerdos y comida típica italiana (pasta, botellas de Limoncello, botellas de Chianti, bombones de Turín) para traer a casa.
Post publicado previamente en www.travelblog.org, el 1 de Junio del 2009.
2 Comentarios
ROSA
28/2/2012 08:19:58
Fantástico Milán, el Duomo me impresionó, el teatro de la Scala no hay que dejar de visitarlo, la galería Vittorio Enmanuelle grandiosa, las tiendas de lujo......bueno¡¡¡ no están al alcance de todos, la verdad, solo vi los escaparates puesto que no iba a comprar y había seguridad,que resultaba algo.........cortante . Me dediqué a visitar la ciudad que es a lo que fui.
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Hola!
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