Febrero no es que sea el mejor mes para conocer las islas griegas, pero esta vez, pudieron más las ansias de conocer las famosas islas griegas que el quedarse en tierra sabiendo que estábamos tan cerquita. Así pues, decidimos contratar una excursión que duraba un día en el mismo hotel para quitarnos esa espinita. El precio es de unos 93€ e incluye el servicio de recogida en el hotel y comida (no incluye bebida). El día comenzó bien, desayuno, autobús, y por fin llegamos al puerto. Las sorpresas no se hicieron esperar, ya que nada más entrar al barco nos separaron por parejas para sacarnos una foto con unos tipos que iban vestidos con típicos trajes griegos (¡algunos daban miedo!) y ¿para qué? ¡Pues para intentar vendérnoslas horas después! Dentro del barco, tomamos asiento y nos dedicamos a observar las caras de sorpresa que ponían los grupos de asiáticos al encontrarse con los “Typical greek”, que sonreían y a la vez, mostraban ese típico gesto de “Dos puntos colega” al que tan acostumbrados nos tienen, risas. Con la oleada de asiáticos que entró en el barco, no era de extrañar que cuando la gente de la tripulación se puso a hablar por el megáfono lo hiciese en chino, japonés o vaya usted a saber…y al de un buen rato, por fin escuchamos algo entendible. Sí, en ese punto por fin nos dimos cuenta: nos habíamos metido en un barco de lo más turístico (algo a lo que no estamos nada acostumbrados) y ya no había marcha atrás… PorosEl primer puerto al que se dirigió nuestro superbarco, fue el puerto de Poros, situado a 58 km al sur del Puerto del Pireo. Mientras llegábamos decidimos subir a cubierta a tomar el aire y disfrutar del paisaje. La llegada a Poros fue algo curiosa porque mientras el barco se acercaba, pudimos divisar una estampa de lo más pintoresca: un gran grupo de hombres vestidos de marineritos sacándose fotos con mujeres, como si de una despedida de película se tratase. A la vuelta del viaje, descubrimos que la Academia Naval Helénica está situada en Poros, y de ahí tanto marinerito pululando por el puerto. Bajamos del barco, dimos una vueltita por su puerto y decidimos seguir a la gente hacia la torre del reloj desde donde se puede disfrutar de la mejor panorámica de Poros. HydraDespués de la visita, el barco elevó el ancla y se puso rumbo a Hydra. Hydra está situada a 50 km del Pireo y se puede llegar a ella bien en aerodeslizadores Minoan Flying Dolphins como en ferry. Esta singular isla, es muy tranquila ya que no hay vehículos que circulen por ella y la única manera de moverse por tierra es en burro. Una buena forma de sacarle partido a esta breve visita es dando una vuelta por sus estrechas callejuelas y por el puerto donde nos encontraremos con infinidad de tienditas de recuerdos, de artesanía y bonitos cafés donde relajarse mientras se toma un delicioso aperitivo de pulpo y se disfruta de su tranquilidad. AeginaSobre la hora de comer, el barco zarpó rumbo a Aegina. En el trayecto, nos dieron de comer un menú griego y mientras nos servían el postre nos dimos cuenta del show que tenían preparado para los turistas, es decir, nosotros, así que decidimos tragárnoslo a todo correr y así escapar lo antes posible del comedor. Gracias a toda la gente que no quiso perderse el espectáculo, la cubierta del barco quedo desierta brindándonos una oportunidad de oro para descansar un poco y echarnos una siestita bajo el débil sol de invierno. Entre siestas y carcajadas originadas por ciertos comentarios sobre cámaras digitales, llegamos a Aegina. Aegina está situada a 20 km del puerto del Pireo y es por ello que las conexiones con su capital, Chora son muy buenas. Al llegar, dimos una vuelta por su puerto, compramos un helado y nos dirigimos a una playita apartada del puerto a admirar la puesta de sol. A pesar de que la playa estuviera llena de algas, el rato que estuvimos en ella lo pasamos muy bien y el ambiente y la compañía no pudieron ser mejores para ponerle broche final a este día. Antes de montar en el barco, nos acercamos a unos puestitos de venta de pistachos, típicos de la zona pero con un precio desorbitado. Por último, mencionar que en Aegina también se encuentra el Templo de Afaia, templo que forma el Triangulo Sagrado junto con los templos de Poseidón (Cabo de Sunión) y el Partenón (Atenas). La vuelta a casa se nos hizo entretenida jugando a las cartas. Finalmente el barco atracó en el Pireo y un autobús nos llevo a nuestro hotel.
Creo que cuando tengamos pasta, iremos a ver más islas griegas pero con más tranquilidad. Post publicado previamente en www.travelblog.org, el 22 de Julio del 2009
7 Comentarios
3/10/2011 14:53:48
Hola,
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19/10/2011 11:17:00
Pues mirandolo bien, tiene cierto parecido con Donosti.
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24/10/2011 07:26:38
Me gusta todo lo que veo, a pesar de ser una mala época. A ver si este verano me puedo escapar y ver las islas griegas....
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