A los pies de los Alpes y a la orillas del Lago de los Cuatro Cantones o Vierwaldstättersee, se encuentra Lucerna o Luzern (en alemán) ciudad suiza muy conocida por cuidar durante casi 200 años del León Moribundo. El idioma oficial de Lucerna es el alemán, aunque no estaría mal recordar que en Suiza (Confederación Suiza) son 4 los idiomas oficiales: Alemán, francés, Italiano y Romanesco. ¡Ah! Tampoco olvidemos su moneda, que no es euro, sino que el Franco Suizo (CHF). El cambio estos días viene a ser de 1CHF=0’81€ o lo que es lo mismo por 1€ nos darán 1’23CHF. El autobús en el que llegamos a Lucerna aparcó muy cerca del León Moribundo de Lucerna (Löwendenkmal), por lo que decidimos que éste sería nuestro primer punto de partida para explorar la ciudad. Me llamó la atención la disposición del Monumento en cuestión; nunca había imaginado encontrarme al León entre al final de un pasillo de frondosos árboles. El enorme León de 10 metros de largo está labrado en una roca y no es posible acercarse a él ya que un embalse/lago artificial hace de barrera de protección y sitúa al visitante a cierta distancia. El Monumento está cargado de simbología. Para comenzar, podemos ver cómo una lanza atraviesa el lomo del León, causándole lentamente la muerte y el sufrimiento palpable en su rostro. Por otro lado, podemos observar que el león yace sobre armas de guerra: Un hacha, una lanza y dos escudos. En el escudo sobre el que posa su cabeza, es posible apreciar una flor de lis (símbolo de la Monarquía francesa), y al lado de la lanza, apoyado contra la pared, podemos ver otro escudo, en el que se puede distinguir la cruz que es parte de la bandera suiza. El Memorial está dedicado a aquellos mercenarios de la Guardia Suiza (esa misma que se puede ver en el Vaticano) que sirvieron y defendieron a la Corona Francesa de los Revolucionarios en Agosto del año 1792 (años después del estallido de la Revolución Francesa, año 1789).Así, sobre el Memorial se puede leer: “Helvetiorum Fidei ac Virtuti”: A la lealtad y la valentía de los suizos. La entrada al Memorial es gratuita. AltstadtComo el tiempo que teníamos para visitar la ciudad no era demasiado extenso, decidimos dirigirnos hacia el Casco Viejo de la ciudad (Altstadt): un conjunto de estrechas callejuelas, donde calles gremiales, fuentes y exquisitas fachadas se dan cita con los lugareños y viajeros. En esta zona destacan: Hirschenplatz o la “Plaza del Ciervo” donde llama nuestra atención el edificio en cuya fachada se puede leer “J. Wolfgang von Goethe logierte hier 1779” que traduciéndolo, vendría a decir: “J. Wolfgang von Goethe se alojó aquí en 1779”. Es decir, este edificio fue una de las primeras hospederías de la ciudad; la ya inexistente Posada Hirschen que ha dado paso a un nuevo hotel que hoy en día sigue acogiendo a los turistas bajo el nombre: Hotel Le Stelle. A estas alturas, ya nos habremos dado cuenta que las pinturas de las fachadas de los edificios del Casco Antiguo están cargados de historias. La fachada de la siguiente foto, cuenta la historia de la Batalla de Dornach; batalla que tuvo lugar en la localidad suiza de Dornach entre el Emperador Maximiliano I de Habsburgo y la Antigua Confederación Suiza en el año 1499. De aquí pasamos hacia Kornmarkt o el “Mercado de Grano” desde donde se accede al Ayuntamiento (Rathaus) cuyas lonjas servían como almacenes de grano en el S. XV y a la bonita Zunfthaus zu Pfistern o Casa Gremial de los Panaderos que hoy en día alberga un restaurante con soportales y terraza: Zunfthausrestaurant Pfistern. Siguiendo la tradición, todos los Martes y Sábados por la mañana se sigue organizando un mercado en esta misma plaza donde se pueden comprar productos frescos. Antes de abandonar el Altstadt, nos dirigimos hacia el Weinmarkt o el “Mercado de Vino” donde una vez más dejaremos a las fachadas de los edificios que hablen por sí solas. Una de las fachadas que más me gustó fue la del Hotel des Balances. Justo al lado, se puede ver un tilo que indica el emplazamiento del Ayuntamiento en la época Medieval, desde cuyo balcón se hacían públicos los fallos del jurado en los juicios. En la siguiente foto, se puede ver la Weinmarktbrunnen o Fuente de la Weinmarkt. En su parte superior, se encuentra San Mauricio, el patrón de los soldados y de la ciudad de Lucerna, escudado por 6 soldados que se encuentran en la base. Justo en frente se encuentra la Haus zur Sonne de color verde en cuyo fresco se representa la escena bíblica de: “Las boda de Caná”. Antes de marcharnos de la Weinmarkt, prestemos nuestra atención al edificio Müllersche Apotheke, la farmacia más antigua de Lucerna que data de 1530, donde una inscripción nos advierte de que aunque intentaron dar con la poción mágica, no lo lograron: “No hay poción que cure el mal de amores”. Sigue leyendo sobre LucernaPuedes seguir leyendo la siguiente parte del Relato, aquí.
10 Comentarios
12/2/2013 14:00:02
¡Hola Artabria!
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Hubo una Semana Santa que estuve apuntito de irme de viaje a Suiza y recuerdo leer acerca de esta ciudad... y cómo la gente decía que era preciosa. Ahora veo que era verdad aquello.
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12/2/2013 14:09:19
¡Hola Helena!
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15/2/2013 12:02:50
Por allí pasamos en nuestra vuelta "rápida" a Suiza hace unos años y, como a ti, las fachadas de los edificios nos encantaron. Cuántas cosas contadas con pintura :-)
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16/2/2013 02:43:35
Hola Jaac!
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22/2/2013 01:01:20
Nos encantó. Nosotros, como buen espíritu slow, hasta ahora únicamente le hemos dedicado una entrada, precisamente a la historia del león.
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22/2/2013 02:43:31
¡Hola Guisantes!
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20/3/2013 03:31:16
Preciosa ciudad en especial las fachadas, si es que son auténticos monumentos :D
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20/3/2013 07:57:46
Hola José Carlos!
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