Como les comenté en el anterior post, estábamos en Ámsterdam gracias a una remesa de vuelos baratos que sacó la compañía Vueling en el mes de Enero desde el Aeropuerto de Bilbao. Era un sábado y con el objetivo de ver un típico Molino Holandés en mente, decidimos realizar una excursión en tren desde Ámsterdam. Tras varias propuestas, elegimos el recorrido: Leiden-Delft-La Haya (Den Haag), por lo que Delft fue nuestra segunda parada del día. Si se perdieron el primer post sobre Leiden o quieren saber el planning de aquel día, así como los precios, clicka aquí. Tras coger el tren en la Estación de trenes de Leiden, nos dirigimos a Delft. Eran las 16:00 de la tarde, y por el frío y la oscuridad del día, parecía por lo menos que eran las 19:00, recordemos que nuestra incursión por tierras Holandesas fue en Enero-Febrero. Llegamos a Delft, y tras abrigarnos, salimos de la Estación de Trenes de Delft y nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, guiándonos solamente por los puntiagudos tejados que destacaban sobre las pequeñas casitas situadas a los lados de los congelados canales. Oude Kerk en DelftEl primer edificio singular que encontramos en el camino, fue la Oude Kerk o Iglesia Vieja, que tal y como su nombre indica, se trata de la Iglesia más antigua de la ciudad. La torre de esta Iglesia, tiene una peculiaridad, y es que al igual que la Torre de Pisa, está un pelín inclinada hacia el canal. Es en esta Iglesia donde se encuentra la sepultura de uno de los Pintores Barrocos más importantes del país: Johannes Vermeer. Si creen que desconocen su obra, les diré que seguramente están equivocados. Suyos son los cuadros: “La Lechera” (imagen tomada por una famosa marca de yogures) y “La Joven de la Perla” (nombre que también comparte con una película protagonizada por Scarlett Johanson y en la cual da vida a ese personaje que aparece pintado en el cuadro). Markt en DelftSiguiendo a la gente, llegamos a la bulliciosa plaza “Markt”, donde se encuentra la Nieuwe Kerk o Iglesia Nueva, el Stadhuis o Ayuntamiento y el Vermeer Centrum. Lo que más llama la atención de toda la plaza es la imponente torre de la Nieuwe Kerk. Tiene nada más y nada menos que 108’75 m de altura y se puede visitar. Desde lo alto, se pueden divisar las ciudades Leiden y Rotterdam y en días claros algunos dicen que incluso se puede llegar a ver Ámsterdam. El precio para subir a la torre es de 3’5€/2€ reducida. En cuanto a la Iglesia, les puedo decir que es una de las más importantes del País, ya que es aquí donde se encuentra la bóveda real, lugar de sepultura de muchos miembros de la familia Real Holandesa (Oranje-Nassau). Bien la Oude Kerk, bien la Nieuwe Kerk, se pueden visitar de Lunes a Sábado. El precio de la entrada para visitar las dos iglesias es de 3’5€. Para más información, clicka aquí. Desde la plaza Markt, también se puede acceder al Vermeer Centrum, donde podrán disfrutar de gran parte de su obra y de la muestra titulada "Love messages from Vermeer" donde se revelan los secretos que se esconden tras los personajes de sus cuadros. Para evitar malentendidos, les informo que los 2 cuadros mencionados anteriormente, no se exponen en este Centro. La obra “La lechera”, se encuentra en el Rijksmuseum de Ámsterdam y “La joven de la Perla” se encuentra en La Galería Real de Pinturas Mauritshuis de la cercana localidad de La Haya. El precio de la entrada al Vermeer Centrum es de 7€/5€ reducida. Tras sacar unas cuantas fotos en Markt, nos dedicamos a pasear sin rumbo por las calles y canales de la ciudad. En el camino encontramos grupos de patos que en vez de nadar por las aguas del canal, andaban sobre ella. Tan frío era el atardecer, que los canales sombríos estaban congelados. Sobre la marcha, también vimos muchos cisnes. La anécdota graciosa del día tuvo lugar aquí. A una de mi grupo se le ocurrió dar de comer a un cisne pensando que el pobre, podría tener hambre, y a cambio, éste en acto de rebeldía hizo un amago de ataque, lo que hizo que nuestra compañera presa del susto del momento, pegase un brinco que seguramente ni aun proponiéndoselo en otras circunstancias lo hubiera conseguido. Se pueden imaginar las risas que hicimos a cuenta del cisne y nuestra compañera. Ahí concluimos que: “los cisnes tienen muy mala leche y mejor no molestarles”. Oude DelftTras despedirnos del cisne, nos dirigimos hacia el Oude Kerk. De camino, en la Zona de Oude Delft, encontramos curiosas casas con hermosas fachadas. Si tuviera que elegir una, me quedo con la Gemeenlandhuis, su fachada llena de escudos y su simpático caballero medieval. Esta casa data sobre el año 1530 y perteneció a una de las familias más ricas de la época: los Huyter. Llama también la atención el pequeño tritón de color dorado que corona la casa. A la derecha de la Gemeenlandhuis, se encuentra otra casa, también adornada con gabletes: la Het Wapen van Savoyen. En este edificio que data del 1565, se encuentra hoy en día el archivo municipal. Entre la Oude Kerk y la Het Wapen van Savoyen, se encuentra el Museo Het Prinsenhof. Este lugar lo descubrimos por pura casualidad. Un compañero del grupo nos llamó a las demás porque vio a una pareja de novios engalanados con trajes nupciales paseando por estos solitarios alrededores. Pensamos: “Con el frío que hace, ¿cómo irá vestida la novia?”, pues como podéis imaginar, nuestra curiosidad por su traje, hizo que nos acercáramos a verles, y así acabamos en el jardín del Museo Het Prinsenhof. Este lugar fue construido en el año 1403 e hizo función de convento hasta el 1573, año en que el Príncipe Guillermo de Orange (el “Taciturno”) decidió que establecería aquí su lugar de residencia. Años más tarde, en 1584, Guillermo fue asesinado por Balthasar Gérard a cambio de una suculenta recompensa que le ofreció Felipe II (el “Prudente”). ¿Cuál fue su motivo? Digamos que Felipe II lo consideraba como: “una amenaza para la Cristiandad y la raza humana”. Así pues, Gérard, mató a Guillermo a tiros en una de las escaleras de este edificio y si deciden entrar al Museo, podrán ver los agujeros en la pared resultado del tiroteo. Hoy en día el Het Prinsenhof, es el Museo Municipal de la Ciudad, y aquí podrán ver obras de los artistas que vivieron en la ciudad durante el Siglo XVII. El precio de la entrada es de 7,5€/4€ reducida. Tras este bonito paseo por la ciudad, decidimos volver a la Estación de Trenes y dirigirnos hacia la última parada del día; La Haya (Den Haag). De camino, encontramos una preciosa tienda en la que nos hubiéramos quedado por lo menos unas cuantas horas: una tienda de cuentas y abalorios. Aquí vendían pequeñas piezas de cerámica típica de aquí: blanca y azul.
Si les interesa visitar una fábrica de cerámica en la ciudad, recuerdo que vi una cerca de la Nieuwe Kerk, que se llamaba De Candelaer. En este enlace les dejo un mapa interactivo en el que pueden ver la situación de las atracciones turísticas, y en este otro, podrán encontrar un mapa que se puede imprimir y seguro que les será de ayuda.
10 Comentarios
6/8/2012 03:49:05
Hola Helena!
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Me ha gustado mucho la ciudad ya que nunca hubiera pensado que fuera tan bonita. Los cisnes y los patos en general tienen muy mala leche, a mí también me pasó algo parecido con un pato en Noruega, si lo llego a saber se queda sin comer, jejejejeje. Un abrazo. ;-)
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7/8/2012 13:58:00
Hola Babyboom!
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23/8/2012 05:53:35
Delft lleva impreso el recuerdo de Vermeer en muchos de sus rincones. Es una ciudad preciosa, que merece una visita. Después de varios intentos y de haber visto prácticamente toda su obra, conseguimos ver en directo La Joven de la Perla, en el Mauritshuis. Fue genial.
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2/9/2012 11:37:44
Hola Guisantes!
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Lo que más me ha sorprendido de Delft es ver los canales sin nenúfares...jeje Cuando estuve yo estaban invadidos de ellos, y llenos de lenteja de agua que se llama, una alga pequeña que abundaba mogollón!!
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2/9/2012 11:30:50
Hola Xipo!
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24/9/2012 09:14:22
Hola Arol!
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