Situación: Estamos en Ámsterdam, es Enero, hace un frío que te cagas y queremos ir de excursión fuera de la ciudad. Problema, ¡No sabemos donde ir!, “Será por opciones…”, pienso. Las opciones a considerar: Utrecht, Volendam y Marken, Delft, Den Haag (La haya)… ¿Pero...a dónde vamos? Todo comienza una tarde, donde asentados en nuestro hotel los 3 compañeros más dicharacheros, con ganas de conocer la noche Amsterdamesa, salieron a tomarse unas cervecitas y a la vuelta, vinieron con LA solución. ¿Qué pasó? Pues que se encontraron con un simpático gallego en los alrededores de Leidseplein (como no, gallegos los hay en todo el mundo, y Ámsterdam no era para menos) que se metió en la conversación de mis compañeros cuando iban por la calle. Así pues, se pusieron a hablar y hablar… y entre otras cosas hablaron de la excursión; parecía que la decisión estaba tomada. El día siguiente visitaríamos: Leiden o La haya. Amaneció. Esa mañana vimos el video que grabaron la noche anterior con el amigo gallego, donde ME dice que me olvide de las otras excursiones que tenía en mente, y que vayamos a ¡Leiden y La haya! Así pues, nos montamos en el bus (2€ desde Museumplein hasta la Estación central de trenes) y decidimos ir a preguntar otra tercera opinión: la oficina de turismo (que se encuentra fuera de la estación de trenes). Era tarde, y para colmo, tuvimos que coger un ticket, tal y como se hace en la charcutería del supermercado, a la espera de que alguien nos atendiese. Tuvimos suerte, una señora muy amable, nos explicó con 800 mapas en mano, todas las opciones habidas y por haber para pasar un agradable día fuera de Ámsterdam. Nuestra expedición estaba formada por 6; 3 lo tenían claro: Leiden o La Haya, las otras 3, no tanto, pero la balanza esta vez se inclinó hacia Leiden, cuando al saber que allí se encuentra el Jardín botánico más antiguo de Europa, nuestra bióloga amante de las plántulas no se lo pensó dos veces y se sumó a la idea, por lo que 4 frente 2 indecisas, ganó Leiden. Abrimos el mapa. Reconsideramos la situación y decidimos finalmente realizar el siguiente recorrido: Primera parada: Leiden. Segunda: Delft y por último: La haya. A la señora que nos atendió, le dimos las gracias y nos fuimos hacia la estación de tren. Siguiente tarea: preguntar si es posible adquirir un billete combinado para ver las 3 ciudades en 1 día. Sí, visto así, parece imposible, pero ¡había que intentarlo! Nos acercamos al mostrador y había un hombre que tenía una cara de mala leche que no veas, por lo que me dio cosa ir a preguntarle ninguna complicación, pero al final decidí, “venga me da igual” y fuimos a preguntarle. Finalmente, resultó que el hombre era muy majo, y nos sacó el billete que queríamos por 23’6€/persona, y que además, era válido para todo el fin de semana y la frecuencia de trenes era de entre 10-15 minutos, ¿Qué más se puede pedir? Montamos en el tren y el trayecto duró unos 30-35 minutos. Todavía recuerdo la sensación de frío cuando llegamos… ¿Cómo podía hacer más frío aún? Nos abrigamos para la ocasión, haciendo un guiño al muñeco de Michelin, y salimos de la moderna estación de trenes rumbo al centro de Leiden. A nuestro paso, topamos con un típico molino holandés, con lo cual me alegré de poder ver uno, porque son impresionantes. En Leiden, existen 9 molinos entre los que se encuentra éste que se muestra en la foto: “De Valk” y que es posible visitar (Coste de la entrada: 3€, 2€ reducida). Dimos una vuelta a su alrededor y retomamos otra vez el rumbo hacia el centro. A nuestro paso, tuvimos la suerte de encontrar una Bombonería antiquísima: Van Lith Chocolatier (Dirección: Lange Mare 44- A). Cómo no, decidimos parar a comprar unos bombones. Fue una pena que el dueño del establecimiento no me dejase sacar una foto a este curioso lugar. Los bombones son 100% artesanales, y después de catarlos, les aseguro que están buenísimos, su precio es de: 2’8€/100gr. Siguiendo la calle, topamos con otro establecimiento al que todos entramos: Van Boheemen (Dirección: Lange Mare 100). Se trata de una quesería en la que vendían ¡hasta queso manchego!, ¡Vamos que, lo que es variedad de quesos…había para todos los gustos! Además, si lo desean, les envasan las porciones de queso que elijan a vacío. En cuanto a precios: un queso entero típico de la zona de 500g, costaba 6€, y el queso de 1kg costaba 10€. Los vendedores, resultaron ser muy simpáticos y nos deleitaron con una minicata de quesos ante nuestra indecisión. No se si fue el sobresalto o el delicioso aroma que flotaba en el ambiente….ummm, ¡Gofres de caramelo! ¡Qué buena pinta! ¿Qué se creían que no iba a comprarme uno? Jeje. Estaba buenísimo, aunque también reconozco que con la mitad de Edificio de la Academia (Academiegebouw) uno, hubiese tenido suficiente. Su precio fue de 1€. Seguimos rumbo a nuestro objetivo, y dimos con un inmenso mercado al aire libre que estaba situado a ambas orillas del río Oude Rijn. Siguiendo el mapa, en dirección sur, por fin dimos con la Universidad de Leiden, lugar donde los famosos Albert Einstein y Marie Curie pasaron parte de su carrera y donde se encuentra el Hortus Botanicus. Este jardín botánico es el más antiguo de los Países Bajos y se encuentra entre los más antiguos del mundo. La entrada normal cuesta 6€, 3€ niños y 2€ con la tarjeta de estudiante. Aunque a mi no me fascinen las plantas, les animo a que se acerquen a este lugar ya que según mis 3 compañeros que sí entraron, merece la pena. Mientras 3 de nuestros integrantes se quedaron a aprender más sobre el Gingko biloba, el Tulipero (Liriodendron tulipifera), plantas tropicales, plantas carnívoras (sí, sí, esas que se alimentan de moscas), helechos gigantes y bonitas orquídeas, las otras 3, nos fuimos a pasear sin rumbo por las calles de Leiden. Salimos de la Universidad, cruzamos el canal Rapenburg que ¡estaba congelado! ¡Imagínense el frío que hacía! Y fuimos a mirar tiendas. A nuestro paso encontramos el ayuntamiento o Stadhuis de Leiden, la Hooglandse Kerk, la iglesia en funcionamiento más grande de la ciudad y el mercado que antes os he mencionado. Me gustó el mercado. Estaba organizado de manera ordenada y por zonas: zona de pescadería (donde vendían los famosos arenques o Haring), de encurtidos, flores, panaderías…lo que me llamó la atención, fue el precio de los ramos de tulipanes. En el mercado de las flores de Ámsterdam, el ramo de 50 tulipanes costaba entre 8-10€ y aquí un ramo, 3€ y dos por 5€, ¡Estamos que lo regalamos! Después de callejear por Leiden, enseguida nos dieron las 3 de la tarde y fuimos hacia la iglesia de Haarlemmerstraat, para juntarnos con los que habían ido al Hortus. Dicho esto, metimos el turbo y nos dirigimos a la estación de trenes para dirigirnos a nuestra siguiente estación: Delft. Sin duda esta ciudad que al conocido pintor Rembrandt vio nacer, nos gustó mucho y tiene mucho que ofrecer al viajero. Si tienes la oportunidad de ir allí a estudiar, no lo dudes, Leiden, seguro que te gustará, ya que además del Jardín botánico, posee: un observatorio, un museo de antigüedades Rijksmuseum van Oudheden, tres museos etnológicos, un museo de mineralogía y otro de geología y posee institutos de investigación. Siguiente estación: Delft. Post publicado previamente en www.travelblog.org, el 27 de Febrero del 2011. A continuación, os muestro algunas fotos de las especies que podéis encontrar en el Hortus Botanicus, tomadas por mis compañeros: R. Martín e I. Rodilla.
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